Antoni Abad acerca el universo de las personas sordas a través de sus videoinstalaciones

Utilizar el arte para poner el foco en colectivos estigmatizados e invisibilizados ha sido una constante en la trayectoria de Antoni Abad. Lo ha hecho con taxistas de México D.F., refugiados saharauis, gitanos leridanos, prostitutas de Madrid o migrantes centroamericanos. En su última videoinstalación, Oídos sordos, se acerca a través del videoarte a las personas con diversidad auditiva, a fin de “establecer puentes de entendimiento para transmitir cómo se percibe el mundo cuando las capacidades son diversas”.

La videoinstalación se enmarca dentro de la iniciativa Multiverso, impulsada por la Fundación BBVA y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, y que busca difundir el videoarte y el arte digital a través de un programa que incluye proyecciones relevantes y becas Multiverso.

Arte en 16 audiovisuales

Antoni Abad ha sido uno de los artistas que ha recibido el soporte de esta iniciativa para desplegar sus videoinstalaciones de contenido social. Oídos sordos se traduce en una videoinstalación que comprende 16 vídeos y audios dirigidos a dar visibilidad a las personas sordas.

La obra parte de la premisa de que las personas oyentes se sitúan en una posición muy alejada de las percepciones de quienes tienen diversidad auditiva. “No sabemos cuáles son sus percepciones”, indicaba Abad. A partir de ahí, plantea tender puentes para favorecer un entendimiento.

Lo hace a través de audiovisuales que se suceden en dos proyecciones simultáneas a gran tamaño, con transcripciones en braille y subtítulos, en las que se puede ver a una serie de personas, todas ellas sordas, manteniendo conversaciones en lengua de signos.

Hablan sobre el arte, el humor, el sexo, la depresión, la comunicación, la utopía, la inclusión, la cultura sorda, lo urbano y lo rural, el empleo, el asociacionismo, la verdad y la mentira, la alegría y la tristeza, o la anarquía y la dictadura.

Los audios de estos trabajos reproducen los sonidos emitidos por las personas que participan en estas conversaciones, y van acompañados por esos subtítulos, las transcripciones en braille o la propia lengua de signos. “Hay una intensa amalgama de códigos de expresión, para configurar un entorno donde los diálogos de los participantes pueden alcanzar ese anhelado paraje que denominamos elocuencia”, explica Abad.

El programa multiverso

El programa Multiverso se traduce en dos líneas de actuación. De un lado, desde el año 2017 se desarrollan conjuntamente sendos programas de Videoarte y Creación Digital, que han permitido mostrar al público producciones de artistas como Beatriz Caravaggio, Álvaro Perdices y Andrés Sanz, Víctor Erice o Antoni Muntadas.

Además, las becas Multiverso están apoyando la creación artística de diferentes creadores. Las obras de Josu Rekalde y Ana Laura Aláez han sido ya expuestas. Ahora, tras un parón obligado por la pandemia, el Museo de Bellas Artes acogerá la exposición de las creaciones de Antoni Abad, Toni Serra, Mabel Palacín, Nadia Hotait, Manu Arregui, y Pedro G. Romero.

La videoinstalación de Antoni Abad se podrá visitar hasta el 7 de mayo. A partir de ahí, la muestra Asemanastán. La tierra de los cielos, de Toni Serra, tomará el relevo desde el día 16 de mayo. Le seguirán el resto de artistas becados dentro de la iniciativa Multiverso.

El Museo de Bellas Artes de Bilbao pretende con este tipo de iniciativas mantener el interés artístico del museo en un momento en el que está afrontando un ambicioso proyecto de ampliación, liderado por Norman Foster, que obliga a mantener cerrada una parte de la pinacoteca. El director del Bellas Artes bilbaíno, Miguel Zugaza, hablo de un “museo miniaturizado” que, no obstante, trabaja por seguir atrayendo a visitantes.